15 frases tan cotidianas que no te habías dado cuenta que son ofensivas

En nuestra vida diaria, tanto a nivel personal como profesional, utilizamos muchas frases y expresiones sin pensar demasiado en su origen o impacto.

Sin embargo, algunas de estas frases, que a simple vista parecen inofensivas, en realidad tienen connotaciones negativas o discriminatorias que pueden herir a quienes nos rodean, afectando por completo la comunicación.

En este artículo presentamos 18 frases comunes que, aunque han sido normalizadas en nuestra conversación diaria, pueden ser ofensivas sin que lo sepamos.

¡Aclaramos que te puede hervir la sangre a medida que vas leyendo! Esto porque seguro recordarás momentos en que te las dijeron, pero conocer su verdadero significado nos permitirá comunicar de manera más consciente y respetuosa.

“Cálmate”

Puede que la uses con la intención de aliviar una situación tensa o de ayudar a alguien a manejar sus emociones. Sin embargo, en lugar de tener un efecto calmante, esta frase con frecuencia puede ser percibida como condescendiente o invalidante.

Un “cálmate” puede generar más frustración y hacer que el interlocutor se sienta incomprendido o menospreciado.

En vez de usar esta frase, es más efectivo y respetuoso reconocer las emociones de la otra persona y ofrecer apoyo de manera que se sienta escuchada y comprendida.

“Tu siempre…” o “Tu nunca…”

Primero, utilizar “tú siempre…” o “tú nunca…” generaliza el comportamiento de la otra persona de una manera que suele ser injusta e inexacta.

Esta generalización puede hacer que la otra persona se sienta atacada o malinterpretada, lo que desencadena una respuesta defensiva y escala el conflicto.

Segundo, estas expresiones también tienen un tono acusatorio, que puede hacer que la persona se sienta criticada o menospreciada. Al decirlas no solo se señala un comportamiento específico, sino que se pone en duda el carácter o las intenciones de la persona, lo cual es una forma de descalificación.

Para evitar estas consecuencias negativas, es mejor expresar cómo te afecta el comportamiento de la otra persona de manera específica y centrada en los hechos.

Por ejemplo, en lugar de decir “tú nunca me escuchas”, podrías decir “me siento ignorado cuando no se responde a lo que digo”. Esta forma de comunicación es más respetuosa y constructiva, y abre la posibilidad para una discusión más saludable y efectiva.

“Lo que sea”, “me da lo mismo” o “como quieras”

Estas son usadas frecuentemente para mostrar indiferencia o desprecio hacia lo que alguien ha dicho o hacia la situación en general.

En lugar de usar “lo que sea”, es más saludable expresar claramente tus sentimientos o puntos de vista, incluso si no estás de acuerdo o si te sientes frustrado.

Esto no solo mejora la comunicación, sino que también demuestra respeto hacia la otra persona y su perspectiva.

“No es mi culpa”

Esta es una es una expresión defensiva que a menudo surge en situaciones de conflicto o cuando se enfrenta una crítica.

Aunque a primera vista puede parecer una manera de protegerse de una acusación, esta frase puede ser percibida como ofensiva o problemática al transmitir falta de responsabilidad o voluntad para asumir ciertas situaciones.

También puede ser percibida como una forma de invalidar los sentimientos o preocupaciones de la otra persona.

En lugar de decir “no es mi culpa”, es más constructivo expresar empatía y estar dispuesto a entender el punto de vista de la otra persona.

Frases como “Lamento que esto haya sucedido, hablemos de cómo podemos evitarlo en el futuro” pueden ayudar a reducir las tensiones y fomentar una conversación más productiva y respetuosa.

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“Estás exagerando”

Al decir esto, se sugiere que la reacción del otro reacción es inapropiada o desproporcionada, lo que puede hacer que se sienta incomprendido, menospreciado o avergonzado por sus emociones.

En lugar de ayudar a calmar la situación, esta expresión a menudo aumenta la frustración y el resentimiento, ya que minimiza la experiencia emocional del otro.

Es más efectivo y respetuoso reconocer los sentimientos de la persona y tratar de entender su perspectiva, lo que puede abrir el camino a una comunicación más empática y constructiva.

“No tengo tiempo para esto”

Esta frase sugiere que la situación o la persona no es lo suficientemente importante como para merecer tu atención.

Al decir esto, desestimas las preocupaciones del otro y priorizas tus propias necesidades, lo que puede hacer que la otra persona se sienta rechazada o irrelevante.

Además, esta expresión corta la comunicación de manera abrupta, dejando poco espacio para resolver el problema o comprender la situación.

Es más productivo expresar que estás ocupado en ese momento, pero dispuesto a discutir el asunto más tarde, lo que muestra respeto por la otra persona y por la importancia de la conversación.

“Ese es tu problema”

Con esta frase se rechaza la responsabilidad compartida en una situación y muestra una falta de empatía. Así, estás distanciándote de la otra persona y esencialmente le estás diciendo que sus dificultades no te importan, lo que puede hacer que se sienta sola, ignorada o desvalorizada.

En lugar de usar esta frase, es más constructivo ofrecer ayuda o, al menos, mostrar comprensión por la situación, lo que puede mejorar la comunicación y fortalecer la relación.

“Te lo dije”

Es una frase problemática porque suena condescendiente y puede hacer que la otra persona se sienta humillada o resentida.

En lugar de ser útil, esta expresión resalta un error o una falta de juicio, lo que puede aumentar las tensiones y dañar la relación.

En vez de decir “te lo dije”, podrías decir: “Lo importante ahora es ver cómo podemos resolver esto.”

Esto muestra apoyo y enfoque en soluciones, en lugar de señalar errores pasados.

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“No me importa”

No hay forma de transmitir más indiferencia hacia los sentimientos o preocupaciones de una persona que con un “no me importa”.

Al decir esto, desestimas lo que es importante para alguien más, lo que puede hacer que se sienta ignorada, menospreciada o rechazada.

Esta actitud puede dañar la comunicación y la relación, ya que muestra una falta de empatía y respeto.

“No es para tanto”

Con esto, básicamente le estás diciendo a tu interlocutor que su reacción es exagerada o que lo que le importa es absurdo.

Esta expresión puede cortar la comunicación y crear distancia, ya que la otra persona puede sentirse menospreciada y menos dispuesta a compartir sus preocupaciones en el futuro.

En lugar de decir “no es para tanto”, podrías decir: “Entiendo que esto te preocupa. ¿Cómo puedo ayudarte a manejarlo?”

“Solo bromeaba”

Aunque la intención inicial pueda haber sido humorística, cuando una persona se siente ofendida, responder con “solo estaba bromeando” o era molestando” puede parecer una forma de desestimar sus sentimientos y evitar la responsabilidad por lo dicho.

Esta expresión puede hacer que la otra persona se sienta ridiculizada por su reacción o como si no tuviera derecho a sentirse afectada.

En lugar de decir “solo estaba bromeando”, podrías decir: “Lamento si lo que dije te molestó. No era mi intención.”

Esto muestra consideración por los sentimientos de la otra persona y abre la puerta a una comunicación más respetuosa y comprensiva.

“Sin ánimo de ofender, pero…”

Aunque empieza con una aparente advertencia para suavizar lo que sigue, generalmente precede a un comentario crítico o negativo.

Al decir “sin ofender,” se intenta protegerse de la reacción negativa que pueda causar el comentario, pero en realidad, esta introducción puede hacer que la otra persona se prepare para algo hiriente o despectivo.

En lugar de decir esto, podrías reformular tus pensamientos de manera más constructiva, por ejemplo: “Quiero compartir algo que he notado, y espero que pueda ser útil.”

“Si yo fuera tu…”

Aunque la intención puede ser ofrecer consejo, esta frase sugiere una superioridad o condescendencia, como si tu punto de vista fuera más válido que el de la otra persona.

Este tipo de expresión puede hacer que el otro se sienta juzgado o menospreciado, lo que puede generar resentimiento o una reacción defensiva.

Un “quizás podrías considerar esta opción, ¿qué opinas?”, podría dar mejores resultados.

Este enfoque es más colaborativo y respeta la autonomía de la otra persona, invitando a una discusión más equitativa y abierta a diferentes perspectivas.

“Solo estoy siendo honesto”

A menudo se utiliza para justificar comentarios que son insensibles, críticos o innecesariamente directos.

Aunque la honestidad es importante, esta expresión puede dar la impresión de que estás usando la sinceridad como una excusa para decir algo que podría herir los sentimientos de la otra persona.

En su lugar, podrías decir algo como “quiero compartir mi opinión, pero entiendo que esto puede ser difícil de escuchar. Estoy aquí para hablarlo contigo.”

Este enfoque equilibra la honestidad con la empatía, mostrando que te importa cómo se siente la otra persona mientras compartes tu perspectiva.

“No me estás escuchando”

En lugar de fomentar un diálogo constructivo, “no me estás escuchando” puede intensificar el conflicto y hacer que la otra persona se distancie aún más.

La frase implica que la otra persona no está prestando atención o no valora lo que estás diciendo, lo que puede generar frustración y resentimiento.

En su lugar intenta con: “Me gustaría asegurarme de que estamos en la misma página. ¿Podríamos repasar esto juntos?”

Esto suena menos acusatorio y más colaborativo, ayudando a restablecer la comunicación de manera respetuosa y abierta.