5 Errores Comunes en Estudios Caseros de Locutores (descritos por alguien que los cometió)
Los locutores cada vez vamos menos a los estudios de grabación, por la sencilla razón de que parte de lo requerido para tener éxito como voice over es disponibilidad… y estar disponibles significa tener nuestro home studio o estudio casero para responder cuando se necesite.
Sin embargo, el calificativo de “casero” no significa que la calidad del audio que se entregue esté a la altura de un baño forrado con cartones de huevo y el perro del vecino ladrando al fondo. Tampoco quiere decir que solo es cuestión de dinero, sino de asesorarse bien previo a la inversión.
Así que antes de ir a pasar la tarjeta de crédito en Amazon por el micrófono más caro que pueda comprar, por favor aprenda de mis errores que seguro otros también cometieron al inicio de sus carreras.
1. Confundir un buen micrófono con un buen estudio
Uno de mis primeros micrófonos fue un Neumann TLM-103. Una maravilla que ya es un famoso del mundo del voice over.
El “problema” es que el sonido que captura un buen micrófono es proporcional a su calidad, así que como en esa época no contaba con un ambiente de grabación adecuado (entiéndase mi habitación), tenía que luchar para evitar el sonido de los carros y aviones que ocasionalmente pasaban.
Cuando tenemos un estudio de calidad es cuando realmente le sacamos provecho a un micrófono de calidad.
¿Qué tal si en vez de invertir 1.000 dólares en un micrófono, le invierten solo $500 y los otros $500 en tratamiento acústico? Tranquilos, luego vendrán clientes con los que podrán comprar el de $1.000.
2. Poner el micrófono cerca al computador
No le veo problema si estamos grabando un podcast o un video para YouTube… de hecho hasta se ve ‘cool’.
Parece práctico a la hora de grabar una locución porque podemos revisar el software de edición o leer el guión desde la pantalla. Lo que no es para nada cool es el sonido del ventilador del computador mezclado en la grabación. Además el micrófono podría sentir las vibraciones de la mesa si uno se apoya en ella.
Recuerden que un micrófono profesional por lo general capta el sonido ambiente mejor que nuestros oídos.
3. Cubrirse con una cobija al grabar
Cuando mi estudio era como les conté en el punto No. 1, tuve la oportunidad de audicionar para ser la voz oficial de un canal de TV internacional. Después de un proceso de selección solo quedábamos dos personas y yo era el más opcionado, pero para pasar el último filtro me pidieron que enviara una nueva audición, que por falta de tiempo ese día solo pude grabar hacia las 2 AM.
Tratando de que mis vecinos no me echaran la madre por estar “gritando” cosas en la madrugada, pero sobretodo de mejorar la acústica de la habitación, cubrí mi cabeza y el micrófono con una cobija.
>> Además: Ventajas y desventajas de trabajar como locutor desde casa (y hasta en pijama)
¡No lo hagan! Sí bien ayuda a bloquear el ruido externo y a que la voz no rebote por todos lados, van a estar más pendientes de tener la cobija bien agarrada, de que no roce con nada para que no suene, del calor que hace ahí adentro… en vez de concentrarse en entregar la mejor locución de sus vidas.
Adivinen quien no ganó el casting
4. Pensar que todo se puede arreglar en edición
Hay programas de edición de audio y plugins para hacer todo lo que se les ocurra… pero como locutores comerciales, ese no debería ser nuestro trabajo.
Por otro lado, si no tenemos un ambiente de grabación adecuado la post-producción no hará milagros, ya que muchas veces no solo lleva tiempo tratar de arreglar una toma de voz de mala calidad, sino que los resultados no suelen ser los esperados. En ese caso es mejor volver a grabar donde y/o cuando se den las condiciones ideales para hacer otra toma.
>> Además: Locutores, tal vez ya es hora de actualizar ese viejo demo
5. No pedir (o contratar) ayuda
Este es tal vez el error más grave de la lista porque pidiendo ayuda a tiempo se pueden evitar los otros cuatro.
Si además de ser locutor también es ingeniero, lo felicito (aunque tal vez no leyó hasta aquí), pero lo mayoría de los locutores comerciales no lo somos. ¿Algunos sabemos más que otros? Si, porque ya aprendimos de nuestros errores o porque pedimos ayuda en su momento.
Si asistió a un estudio a grabar y le gustó como sonó su voz en ese momento, pregunte qué micrófono y pre-amplificador utilizan. Si trabaja en radio acuda al departamento técnico, siempre habrá al menos un ingeniero amigable dispuesto a responder sus preguntas.
¿Pero de qué sirve hablar de errores si no buscamos soluciones? Bueno, en próximas publicaciones haremos recomendaciones de equipos, micrófonos y soluciones acústicas para estudios caseros de locutores.