7 maneras de ser un mejor comunicador modificando tu lenguaje corporal

Hablar en público, aunque no debería ser así, es una de las experiencias más estresantes que muchos de nosotros enfrentamos en nuestra vida diaria.

Parte de nuestro temor es sobre lo que vamos a decir, pero la otra parte es sobre cómo lo vamos a decir, según el experto en comunicaciones David JP Phillips. Él ha pasado años analizando a 5,000 speakers para identificar qué movimientos funcionan, y cuáles no, al hablar con una audiencia.

Cuando hablamos de lenguaje corporal, muchos de nosotros inmediatamente pensamos en gestos con las manos y los brazos. Pero el lenguaje corporal es mucho más que eso, y también es algo con lo que todos deberíamos sentirnos cómodos.

Al hacer pequeños y fáciles ajustes de cómo nos paramos, nos movemos o incluso sonreímos, podemos ayudar a mantener la atención de la audiencia. Si bien Phillips tiene un sistema completo de 110 pasos para hablar en público, no hay forma ni necesidad de dominarlos antes de su próxima presentación.

Aquí, comparte 7 consejos de lenguaje corporal que cualquiera puede usar:

1. Inclínate hacia tu audiencia

“Dar un paso atrás indica que estás amenazado y hace que tu audiencia se sienta menos relajada”, dice Phillips. “Cada vez que estamos amenazados, tendemos a cerrar nuestro lenguaje corporal, tensar nuestros músculos y dar un paso atrás”.

Cruzar los brazos es otro movimiento para evitar: es algo más que las personas hacen cuando están nerviosas o asustadas y pone a quienes nos miran a la defensiva.

Así que mantén los brazos abiertos e inclínate hacia tu audiencia. Asegúrate de que tu cabeza también esté inclinada; inclinar la cabeza hacia atrás le indica al público que te sientes superior a ellos.

2. Une tus gestos con tus palabras

Como regla general, cuando se trata de gestos con las manos: hacerlos funcionales (siempre deben tener un propósito) y asegúrate de que coincidan con tu mensaje. El núcleo de toda comunicación es hacer que tu mensaje sea lo más claro posible.

Si hablas de cifras de ventas que están subiendo, es un buen momento para usar un movimiento suave y ascendente. Si estás estableciendo dos opciones retóricas para que tu audiencia las considere, coloca las manos a ambos lados como si estuvieras pesando elementos en tus palmas.

Los humanos son criaturas visuales y el movimiento despertará la atención de la audiencia. Pero no abuses de esta tendencia. “Si una persona usa gestos no funcionales, puede volverse molesta muy rápidamente”, explica Phillips. “Sin embargo, los gestos funcionales rara vez se usan demasiado”.

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3. Dale un descanso a tus manos

La mayoría de nosotros luchamos poderosamente con qué hacer con nuestras manos mientras hablamos. ¿Ponerlas en nuestros bolsillos? No: demasiado cerrado. ¿Las ajustamos a la espalda? No: dominante y demasiado formal.

En este artículo hablamos más en detalle sobre qué hacer con tus manos, pero mientras no las estés usando, simplemente déjalas a los lados.

4. Inclina tu cabeza

Algunas de las formas en que los humanos se comunican de manera no verbal ya vienen “cableadas” en nuestro cerebro.

Una de estas señales no verbales es algo que probablemente haces todo el tiempo sin darte cuenta: cuando intentas mostrar empatía, inclinas la cabeza hacia un lado.

Las mismas señales de empatía funcionan, incluso cuando eres tú quien habla.

5. Sonríe (pero de verdad)

Una de las cosas más importantes que puede hacer un orador es mostrar una sonrisa, pero el tipo de sonrisa genuina que llena tu rostro y llega a tus ojos.

La gente responde más cálidamente a una sonrisa genuina. Ayudará a que el público se sienta más tranquilo y relajado. Y si se sienten cómodos y relajados, tú también lo estarás y habrás creado una espiral positiva, haciéndote pronunciar mejor tu discurso.

Además, agrega Phillips, “a medida que nuestras emociones funcionan de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro, significa que puede afectar tu propio estado emocional de manera positiva al sonreír en el escenario”.

No es necesario simularlo: solo recuerda a una persona, un lugar o un animal que conozcas automáticamente y te hará sonreír.

6. Si “patinas”, no entres en pánico

Todos hemos tenido ese momento: practicamos nuestro discurso hasta que podríamos recitarlo mientras dormíamos, pero de repente no podemos recordar lo que viene después.

La mejor manera de recuperarse, es actuar como si no estuvieras en pánico.

Evita reaccionar ante tu miedo. Tu cuerpo querrá tensarse, retroceder, esconderse en un rincón, pero todo eso solo te hace sentir menos seguro.

En cambio, Phillips sugiere: “inclínate hacia adelante, abre tu postura, respirq profundo y despacio, habla lentamente, haz una pausa y sonríe”. Todo eso en combinación te hará sentir más cómodo.

7. Practica, incluso cuando no estás frente a una multitud

Uno de los lemas favoritos de Phillips cuando se trata del lenguaje corporal es: “Es una habilidad, no un talento”. Él cree que cualquiera puede convertirse en un gran speaker, incluso los más incómodos y nerviosos de nosotros.

Un buen primer paso es simplemente estar más sintonizado con tu lenguaje corporal cotidiano. Aprende qué gestos tiendes a usar para expresar tu punto de vista.

Una vez que te hayas familiarizado con tu vocabulario existente del lenguaje corporal, puedes comenzar a cambiarlo y expandirlo.

“Mi consejo más práctico es elegir una o tres habilidades y practicarlas todos los días hasta que se conviertan en parte de tu forma natural de comunicarte”.

* Con información de Ted.