Ciencia del discurso perfecto: Cuándo hablar y cómo conectar con tu audiencia

¿Alguna vez te has preguntado cuál es o incluso si hay un momento perfecto para dar un discurso que deje a tu audiencia impactada?

Resulta que la ciencia tiene algunas respuestas fascinantes al respecto. Un estudio reciente (enlace en inglés) analizó a casi 50,000 personas y descubrió que nuestro cerebro está más activo y despierto durante las mañanas.

Sin embargo, a medida que avanza el día, nuestro estado de ánimo tiende a decaer, volviéndonos más irritables y menos receptivos. ¿La conclusión? Si tienes la oportunidad, programa tu discurso para la mañana.

Pero eso no es todo. El mismo estudio reveló que los lunes y los viernes son los días en los que las personas están más predispuestas a escuchar y participar. Sí, los lunes, aunque parezca sorprendente, son días de renovación mental para muchos.

Y los viernes, bueno, todos sabemos que el fin de semana está a la vuelta de la esquina, lo que nos pone de mejor humor. Así que, si puedes elegir, un lunes o viernes por la mañana es tu mejor opción.

Ahora, hablemos de las épocas del año. ¿Sabías que las personas tienden a estar más alegres y receptivas durante el verano? Para muchos países de Latinoamérica donde no tenemos estaciones marcadas, pues igual sería hacia mitad del año.

Aunque suene contradictorio, ya que los índices de suicidio aumentan en primavera y principios de verano, la mayoría de las personas se sienten más optimistas durante los meses cálidos. Así que, si quieres maximizar el impacto de tu discurso, elige un lunes o viernes por la mañana en pleno verano.

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Pero, ¿qué más necesitas para que tu discurso sea un éxito rotundo? No basta con elegir el momento adecuado. Un buen discurso es una combinación de arte, ciencia, intelecto y emoción. Es una mezcla de contenido bien elaborado y una entrega auténtica.

Sin embargo, hay algo que no puedes controlar por completo: la reacción de tu audiencia. Por más que te esfuerces, el éxito de tu discurso no depende solo de ti. Está en manos de quienes te escuchan.

En El Locutorio, por la naturaleza de nuestro negocio, hemos visto y escuchado muchos discursos… y por discursos también nos referimos a charlas, presentaciones, entrevistas, etc.

Nos hemos encontrado con uno que otro speaker que, por ejemplo, comienza su charla con un chiste que, desde el principio, pudimos saber que no funcionaría. Y efectivamente, no funcionó. El speaker entró en pánico, pensó que su material no era bueno y perdió confianza durante el resto de su presentación.

¿Cómo supimos que el chiste no funcionaría? Porque nosotros lo habríamos usado minutos antes (timing).

Aquí hay una lección valiosa: siempre escucha al speaker que te precede. Aunque no puedas controlar todas las variables, estar atento a lo que sucede antes de tu turno puede salvarte de situaciones incómodas.

Entonces, si no puedes controlar todo, ¿en qué debes enfocarte? ¿Hay algo que garantice el éxito de tu discurso? La respuesta es simple: la presencia.

En otras palabras, estar presente al 100%.

Esa cualidad que te permite conectarte profundamente con tu audiencia, haciendo que sientan que están participando en algo único e importante. Es la capacidad de olvidarte de ti mismo y concentrarte completamente en el mensaje y en las personas frente a ti. Cuando logras esto, tu discurso trasciende.

Así que, si quieres brillar al hablar en público, deja de preocuparte por ti mismo y enfócate en tu audiencia.

Conoce tu discurso, domina el escenario, pero sobre todo, practica el arte de olvidarte de ti mismo. Porque al final, el éxito de un discurso no se mide por lo bien que lo hiciste tú, sino por cómo lograste que tu audiencia pensara o actuara de manera diferente.