Cómo la autoconfianza excesiva puede sabotear tus presentaciones en público

El arte de hablar en público se suele considerar una de las habilidades más importantes para quienes aspiran a lograr el éxito profesional.

Hablar en público, ya sea en una presentación empresarial, un discurso o una conferencia, requiere no solo dominar el contenido, sino también tener un cierto nivel de confianza en uno mismo.

Por un lado, están aquellos que se sienten constantemente inseguros, creyendo que no merecen expresar su voz; por otro, están quienes piensan: “¿Cuál es el problema? Estoy acostumbrado a hablar en público. Conozco el tema de arriba abajo, así que, por supuesto, puedo presentarlo sin problemas”.

Ciertamente, un grado adecuado de confianza es fundamental para cualquier speaker, y proviene de una autoestima saludable.

No obstante, un exceso de confianza puede convertirse en un arma de doble filo, trayendo consigo una serie de errores que pueden comprometer toda la presentación y, en algunos casos, dañar seriamente la reputación del presentador.

El costo del exceso de confianza

Uno de los errores más comunes que surgen de una confianza excesiva es subestimar la importancia de la preparación.

Cuando un presentador se siente demasiado seguro de sus habilidades, puede verse tentado a reducir el tiempo dedicado a prepararse, convencido de que su experiencia y destrezas serán suficientes.

“Solo necesito repasar las diapositivas una hora antes de subir al escenario, ¿qué puede salir mal?”

Sin darse cuenta, el speaker termina compartiendo una serie de ideas desordenadas con la audiencia en lugar de una presentación estructurada, lo que termina por confundirla.

Otro gran error que surge del exceso de confianza es dar el mismo discurso en varios eventos sin adaptar el contenido a las diferentes necesidades y expectativas de la audiencia.

El resultado es que muchos asistentes pueden encontrar el mensaje demasiado complejo y difícil de seguir, perdiendo el hilo de la presentación e interés en el contenido, mientras que otros la pueden considerar demasiado simplista en varias partes.

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No admitir cuando no tienes una respuesta

El exceso de confianza puede llevar a un speaker a “improvisar”, fingiendo conocer temas o detalles de los que en realidad no tiene idea.

Aunque esto puede parecer una salida rápida para escapar de una situación incómoda, es extremadamente arriesgado.

La audiencia, especialmente si está compuesta por expertos en el tema, a menudo es capaz de reconocer el engaño, lo que puede dañar irreparablemente la credibilidad del presentador.

La tendencia a ignorar las críticas

Cuando un speaker es demasiado confiado, puede no dar importancia a las críticas constructivas o sugerencias, convencido de que su estilo ya es perfecto.

Esta actitud puede llevar a un estancamiento en el desarrollo de las habilidades de comunicación y una pérdida gradual de efectividad.

Ignorar la retroalimentación también significa perder la oportunidad de mejorar y crecer, tanto como speaker como profesional.

La tendencia a ignorar las críticas

Cuando un speaker es demasiado confiado, puede no dar importancia a las críticas constructivas o sugerencias, convencido de que su estilo ya es perfecto.

Esta actitud puede llevar a un estancamiento en el desarrollo de las habilidades de comunicación y una pérdida gradual de efectividad.

Ignorar la retroalimentación también significa perder la oportunidad de mejorar y crecer, tanto como speaker como profesional.

La pérdida de empatía hacia la audiencia

Es fácil caer en la trampa de enfocarse exclusivamente en lo que se quiere comunicar, olvidando considerar las necesidades, expectativas y reacciones del público.

Esta falta de empatía puede llevar a una desconexión entre el presentador y la audiencia, reduciendo drásticamente el impacto del mensaje.

Por ejemplo, un speaker con exceso de confianza puede subestimar la importancia de involucrar activamente a la audiencia, evitando hacer preguntas, solicitar retroalimentación o monitorear cuidadosamente las reacciones del público durante la presentación.

Este enfoque puede hacer que el discurso parezca frío y distante, provocando que la audiencia pierda interés y se desconecte emocionalmente del discurso.

En conclusión…

Para crecer como speaker, independientemente de cuántos años hayas estado acostumbrado a dar presentaciones en público, siempre debes mantener la humildad suficiente para:

  • Prepararte
  • Sentirte responsable de adaptar tu mensaje y enfocarlo a la audiencia específica. ¡Aunque esto signifique preparar una presentación completamente nueva!
  • Admitir cuando no sabes algo y estar dispuesto a recibir retroalimentación de otros para mejorar.