Cómo practicar una presentación o un discurso
Tienes que dar un discurso o presentación y es importante. Por supuesto, todos son importantes o no lo estarías haciendo, pero este es especial. Es el público, el lugar, la ocasión: todos son geniales. Quieres que te vaya bien.
Entonces, en lugar de caer en tu habitual mala costumbre de improvisar ese discurso importante, has decidido ensayar. ¿Cuál es la mejor manera de hacerlo?
A continuación te ofrecemos algunos consejos para aprovechar al máximo tu tiempo de ensayo.
Tan pronto puedas, “congela” tu guión
Muchos speakers se sienten tentados a seguir modificando el guión hasta justo antes de empezar su presentación o discurso.
No te pongas a editar ese Powerpoint o cambiar el texto en el teleprompter a último minuto. Vas a terminar cometiendo errores por el afán que luego se verán reflejados durante tu speech y esto te hará ver inseguro.
Evítalo. Decídete por las palabras finales días, o de ser posible, 2-3 semanas antes del evento. Necesitas tiempo para grabar el discurso en tu memoria muscular.
Y claro, siempre puedes actualizar una que otra frase si las condiciones cambian, pero evita la tendencia a seguir “mejorando” el guión. Por lo general, son los nervios los que “hablan” y rara vez resultan en mejoras significativas.
Grábalo y escúchalo varias veces
Reproduce la grabación de tu discurso de práctica mientras caminas, corres, conduces o durante cualquier otra tarea repetitiva que hagas antes del evento.
Escuchar tu propia voz leer el guión con calma y eficacia comenzará a fijarlo en tu memoria muscular. Dilo al tiempo con la grabación y repítelo con frecuencia.
Divídelo en partes y ensáyalas en desorden
Es fácil saber cuando alguien ha ensayado varias veces el discurso completo de principio a fin: Empieza con energía alta y va disminuyendo hacia el final, en vez de terminar fuerte, como debería ser.
Más bien, divide el discurso en partes manejables y deliberadamente toma las partes en diferente orden y en diferentes ensayos para aprendértelo a fondo y estar preparado para entregarlo todo con dinamismo.
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Conecta tus movimientos con los momentos del discurso
Incluso los profesionales a veces no ensayan de esta manera y es extraño que no lo hagan, aún con su experiencia.
Lo que obtenemos en el escenario, entonces, es un movimiento aleatorio del speaker, generalmente demasiado, mientras busca descargar la adrenalina caminando.
En su lugar, relaciona una parte del discurso con un lugar del escenario. Descubrirás que esta conexión te ayudará a recordar las palabras mucho más fácilmente.
Resulta que el hipocampo gestiona tanto la memoria como el movimiento; así que hay incluso una gran razón neurocientífica por la que deberías hacer esto.
El lugar y la memoria están profundamente conectados. Esto te ayudará a controlar los nervios y a recordar tu mensaje.
Memoriza el flujo de tu presentación, no las palabras exactas
Tu discurso debe tener un aire conversacional. Para ello, debes saber qué vas a decir y cuándo, pero no como una recitación.
Más bien, prepárate para parafrasearte. Así podrás permanecer presente en el momento y sonar como un ser humano real.
Podrás realizar modificaciones menores a medida que avanzas, según sea necesario, si la respuesta de la audiencia te indica que aceleres, desaceleres o hagas una pausa para hacer preguntas.
Practica el discurso con diferentes tonos emocionales
Haz una lectura (en el ensayo) como si estuvieras enojado, otra como si apenas pudieras contener la risa.
Prueba una amplia gama de respuestas emocionales y mira cuál funciona mejor. Obtendrás diferentes “lecturas” y harás que el discurso sea mucho más interesante.
Sin embargo, no exageres con los cambios emocionales; Un discurso de 30 minutos con 30 variaciones emocionales resultará agotador para ti y para el público. Como máximo, ten entre 4 y 6 “latidos” emocionales.
Y uno consejo extra: Es un mito que te estancarás por ensayar demasiado.
Dominarás plenamente la charla de una manera que te permitirá estar completamente presente en el escenario, para la audiencia y para el momento.