Comunicación Efectiva: ¿Cómo expresarte de tal manera que todos te entiendan?
El TRES es el número aliado de todo gran comunicador. Aquí te explicamos por qué.
La comunicación efectiva es una habilidad que todos anhelamos dominar.
Sin embargo, no se trata simplemente de seguir consejos superficiales, sino de transformar nuestra forma de conectar con los demás.
Hoy exploraremos tres reglas clave (todas conectadas con el número 3) que te ayudarán a expresar tus pensamientos de manera clara y memorable, sin caer en la monotonía o la desconexión.
1. La regla de las tres ideas: Menos es más
Uno de los errores más comunes al comunicarnos es intentar abarcar demasiado. Queremos compartir todo lo que sabemos, pero esto puede abrumar a nuestra audiencia.
La regla de las tres ideas se basa en un principio simple: el cerebro humano retiene mejor la información cuando se presenta en grupos pequeños.
¿Cómo aplicarla?
Antes de hablar o escribir, identifica las tres ideas principales que deseas transmitir. Si tienes más de tres, evalúa cuáles son las más importantes y descarta o fusiona las demás.
Por ejemplo, si estás dando una charla sobre liderazgo, podrías enfocarte en:
- La importancia de la empatía.
- Cómo delegar tareas de manera efectiva.
- La necesidad de adaptarse al cambio.
¿Por qué funciona?
Limitar tus ideas a tres no solo te ayuda a organizar tus pensamientos, sino que también facilita que tu audiencia las recuerde. Además, te permite profundizar en cada punto, en lugar de quedarte en la superficie.
Con un lista más larga, al dedicar tiempo a profundizar en cada tema, corres el riesgo de que tu audiencia se canse y se desconecte.
2. Explica lo complejo de tres maneras diferentes
Cuando hablamos de temas complejos, es fácil perder a nuestra audiencia.
Con esta segunda regla logras transmitir varias perspectivas, lo que te ayuda a asegurarte de que todos entiendan, sin importar su estilo de aprendizaje.
¿Cómo aplicarla?
Imagina que estás explicando un concepto técnico, como la inteligencia artificial. Puedes abordarlo desde tres ángulos:
- Teórico: Define qué es la inteligencia artificial y cómo funciona.
- Práctico: Menciona ejemplos cotidianos, como los asistentes virtuales (Siri, Alexa).
- Visual: Usa una analogía, como comparar la IA con un cerebro que aprende de la experiencia.
¿Por qué funciona?
Todos procesamos la información de manera diferente. Algunas personas se conectan fácilmente con los conceptos, otros más con las historias y otros con elementos visuales.
Al ofrecer múltiples perspectivas, aumentas las posibilidades de que tu mensaje resuene con todos.
3. Repite lo importante tres veces
La magia de la repetición, asegura que tus ideas clave queden grabadas en la mente de tu audiencia.
¿Cómo aplicarla?
Supongamos que estás haciendo una presentación sobre la importancia de la sostenibilidad. Puedes mencionar tu idea principal (por ejemplo, “Reducir el consumo de plástico es esencial para el futuro del planeta”) en tres momentos clave:
- Al inicio, para introducir el tema.
- En el medio, con un ejemplo impactante, como la contaminación en los océanos.
- Al final, como un llamado a la acción: “Si todos reducimos nuestro consumo de plástico, podemos marcar la diferencia”.
¿Por qué funciona?
La primera vez que tu audiencia escucha una idea, las personas la procesan. La segunda, la refuerzan. Y la tercera, la internalizan. ¡La repetición estratégica ayuda a que tu mensaje sea memorable y persuasivo!
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Más allá de las reglas, debes conectar con el público
Estas tres reglas son valiosas, pero su verdadero potencial se activa cuando las usas para conectar con tu audiencia.
La comunicación no es un monólogo; es un diálogo en el que debes estar atento a las reacciones de los demás.
Por ejemplo, si notas que alguien parece confundido, puedes detenerte y preguntar: “¿Tiene sentido lo que acabo de explicar?”. Este simple gesto no solo aclara dudas, sino que también fortalece la conexión.
La comunicación efectiva es como un ejercicio en el gimnasio: requiere práctica, (de este concepto surgió la idea de El Locutorio, el Gimnasio de la Comunicación).
Y lo mejor de este tipo de “gimnasia” es que implica relacionarte con otras personas. Cuando te transformas en un comunicador que prioriza la conexión con la audiencia, estas reglas surgen de manera natural.